¿Desde qué mindset estás viendo el mundo?

En mi artículo anterior, explicaba la importancia de entender que no basta con afirmar que implementaremos o adoptaremos el Growth Mindset en nuestra organización y en nuestra vida profesional (y porqué sobre todo en lo personal), sino que hay que entenderlo y hacer un verdadero ejercicio de vigilancia interna, -de darnos cuenta- para identificar cuando el Fixed Mindset se está tratando de apoderar de nuestra mente.

En esta ocasión concentraré mi atención en las diferencias de ambos esquemas de pensamiento en un práctico análisis comparativo que nos brindará mayores luces sobre por qué debemos considerar el Growth Mindset dentro de nuestras actividades diarias, como identificarlo y reforzar los comportamientos en nuestros equipos, familia y en nosotros mismos.

Crisis como oportunidades: La primera gran diferencia entre el Growth Mindset y el Fixed Mindset está en cómo se enfrentan las dificultades propias de cualquier actividad. Mientras que la el fixed mindset prefiere evitar las complicaciones, la el growth mindset ve oportunidades en cada crisis. Esta diferencia es fundamental para escenarios tan complejos como el que nos planteó la pandemia provocada por la COVID-19. Mientras que muchas empresas y personas se reinventaron y prosperaron durante la crisis global, otras se quedaron petrificadas, abrazando lo conocido.

Y esto también marca una diferencia. Las empresas que se manejan bajo el Fixed Mindset tienen una aversión natural hacia las situaciones que les resultan desconocidas. Por el contrario, las organizaciones que apuestan por el Growth Mindset son capaces de identificar sus debilidades y enfrentarlas. Esto nos lleva al siguiente aspecto.

Intolerancia a las críticas: El Fixed Mindset parte de la premisa de que todos nacemos con inteligencia y talentos innatos que no cambian con el tiempo. Es decir, el éxito de las personas (colaboradores, ejecutivos, etc.), es producto de la pura selección natural. Esto da como resultado que las críticas no sean bien recibidas, pues se presume que la organización o la persona, es talentosa y eficiente por definición, casi infalible.

Por el contrario, el Growth Mindset no solo acepta dar y recibir críticas (constructivas, claro está), sino que las alienta, las busca constantemente, ya que ven en las críticas (feedback) formas de mejora y de aprendizaje. Una organización con un growth mindset fomentará el intercambio de ideas y el feedback como parte de su flujo de trabajo, pues esto permite optimizar procesos y mejorar eficiencias. La crítica se ve como una herramienta de desarrollo. Estas son las llamadas empresas que aprenden, y son las que más rápido se adaptan, las más resilientes y las más ágiles.

Esto último tiene que ver con la concepción propia del Growth Mindset, según la cual la inteligencia y el talento no son características estáticas, sino que son dinámicas y en constante mejora.

Inacción vs Aprendizaje: Algo que diferencia de manera notable a las personas que adoptan el Growth Mindset de quienes optan por el Fixed Mindset, es que los segundos buscan constante reconocimiento, su prioridad no es necesariamente ser mejores, sino que se les reconozca como tales. Esto suele generar una competencia poco saludable en las organizaciones en las cuales unos se ven amenazados por el éxito de otros. Acá aparecen constantemente las figuras de los jefes que no dejan que sus equipos crezcan, o tienen “miedo” de contratar talentos ya que estos pueden hacerles sombra. Otro aspecto que permite darse cuenta de este mindset es la presencia constante de roses y conflictos entre áreas, ya que los que la lideran asocian la colaboración con la competencia y terminan generando las famosos islas.

En contraposición, el Growth Mindset prioriza el aprendizaje por encima del reconocimiento, por lo cual su implementación genera o busca generar entornos colaborativos en los cuales todos suman y crecen. Acá el modelo colaborativo y multidisciplinario disciplinario brilla, y fomentan constantemente la inclusión de la diversidad de la forma de pensar como un activo para la empresa.

Resultado vs Proceso ¿qué es lo más importante?: Para el Fixed Mindset todo se resume al resultado, sin tomar en cuenta el proceso y mucho menos el esfuerzo que este resultado implicó. Se maneja en una lógica de éxito o fracaso determinado por alcanzar o no las metas planteadas.

En ese sentido, el Growth Mindset, sin dejar de lado el resultado, se enfoca en el proceso, en los aprendizajes de este y en el esfuerzo que implicó. Y aquí toca hacer una nota al margen: no se trata de probar por probar, sino de hipótesis con un fundamento y que apuntan a mejorar diferentes indicadores, sean estos procesos, resultados o eficiencias. Si a pesar de ello el resultado no es el esperado, el foco en el proceso permite identificar oportunidades de mejora y aprendizajes que se pueden replicar o aplicar en nuevos procesos o en actividades existentes.

Persistencia ante la crisis: Por último, y no por ello menos importante, una de las principales diferencias entre ambos modelos de pensamiento, es que mientras las organizaciones basadas en Fixed Mindset abandonan con facilidad los retos y las crisis, y es común que le echen la culpa a diferentes factores externos, quienes se desarrollan bajo una filosofía de Growth Mindset persisten, aprenden y prosperan, porque por naturaleza todo reto es una nueva oportunidad de aprender, reinventarse y crecer.

El Growth Mindset es un esquema mental que no solo podemos adoptar para nuestra vida profesional y para nuestras organizaciones, sino también para nuestro desarrollo personal y para nuestra vida diaria. Aprender está en nuestro ADN, es lo que nos permitió consolidarnos como la especie más exitosa del planeta y nos permitió, incluso, soñar con conquistar el espacio. La elección, para mí, es bastante obvia ¿qué eliges tú?

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