La información es poder…si sabemos qué hacer con ella

Cuando culmina un año, y comienza uno nuevo, solemos hacer un balance de nuestra organización y de las acciones que llevamos a cabo. Esto nos lleva a consolidar y a acceder a una ingente cantidad de información (data) que nos permite determinar si fue un año positivo o no. Sin embargo, esa conclusión por sí sola, creo es insuficiente.

De más está decir que vivimos en la era de la información, en la cual términos como Big Data, Data Mining, Analytics de todo tipo, AI, y otros, dominan nuestro día a día. Tenemos más herramientas que nunca para medir y para recopilar datos de casi cualquier acción que llevemos a cabo. La pregunta clave aquí es ¿qué hacemos con esa información?

En un webinar que di hace algunos días, invitado por BNI Perú, cerré la ronda de preguntas respondiendo a esa misma pregunta. La conclusión fue que debemos ir más allá del número, debemos hacer ese doble clic en la cifra, identificar qué significa y cómo podemos capitalizar esa información en acciones ejecutables.

Por ejemplo, un incremento en las ventas o en nuestra base de clientes siempre es una buena noticia. Pero el análisis más fino de los indicadores nos permitirá dar el siguiente paso: la optimización de esas ventas a nivel PxQ o de esos clientes. Siguiendo con el ejemplo, resulta fundamental convertir esa información en preguntas clave, para que los indicadores sean los promotores de las acciones, es decir pasar a la ejecución.

Como no hay coincidencias, por lo menos eso creo yo, el martes fui invitado del Board Day de EY que estuvo muy interesante (Muchas Gracias 😉 ), y presentaron una serie de casos de cómo aplicar la inteligencia artificial en la toma de decisiones con especial foco en los directorios. Me llevé las siguientes ideas que quiero compartir con ustedes, las cuales nacen de las preguntas que uno se debe hacer para mejorar las decisiones.

Partimos desde el Instinto, que son las decisiones basadas en intuición; para luego pasar a la Experiencia, en donde las decisiones para la resolución de problemas se toman sobre la base situaciones anteriores similares; para luego pasar a modelos descriptivos donde me pregunto ¿Qué fue lo que pasó? Luego pasamos al Diagnóstico ¿Por qué pasó? Y acá el análisis causa raíz juega (5 porqués) un rol importante.

Luego podemos dar un salto adicional a modelos Predictivos, donde la data ya está en otro nivel, y la pregunta sería ¿qué va a pasar? Finalmente, podemos dar ya un salto dimensional al hacer uso de la AI (inteligencia artificial) para modelos mucho más avanzados que son conocidos como Prescriptivos, y la pregunta es ¿qué debo hacer para que pase lo que yo quiero?

Dependerá entonces en dónde nos encontramos en el manejo de la información que tenemos y, sobre todo, cómo la usamos. De hecho, todo lo anterior puede estar lejos del alcance de muchos de nosotros, pero lo que sí tenemos es nuestra capacidad de hacernos preguntas para transfórmalas en acciones que podamos ejecutar.

¿Cuáles son los productos, servicios y clientes que me dan mayor rentabilidad? ¿Qué otros productos o servicios necesitan mis clientes y yo podría venderle? ¿Cuál es el perfil de mi cliente ideal?, ¿cuántos de esos clientes ideales forman mi actual cartera?, ¿Cuántos no son ideales, y qué tan rentables son esos clientes? ¿Cuáles son las decisiones recurrentes que tomo? Cuando convertimos la data en información que nos permite tomar mejores decisiones, la figura cambia. Y esto es así porque la data por sí misma solo te genera ideas, hay que llevar esas ideas al plan, transformarlas en acciones, pero sobre todo ejecutarlas.

Lo mismo aplica para nuestra cadena de producción. El entender cuánto nos cuesta producir, qué herramientas realmente nos generan los mejores resultados por nuestra inversión. Y claro, hecho ese análisis a profundidad, debemos comunicarlo al área correspondiente para que tome las acciones necesarias. De nuevo, optimización.

Estamos en el momento preciso del año para hacer este análisis, porque tenemos la data de los últimos 365 días y, al revisarla a profundidad, pensándola en términos de “dónde estamos y dónde queremos estar” se transforma definitivamente en una nueva visión de nosotros mismos, en nuevos planes, en nuevos puntos de vista.

Esto no solo nos ordena en términos de cuánto más podré crecer o no, cómo esto impactará en mi estructura actual, en la necesidad de recursos, en las competencias que tiene mi equipo, en las competencias que necesito yo como líder, sino que nos dará una dirección clara de lo que se quiere, un norte hacia un lugar mejor.

Haría una corrección sobre el segundo párrafo de este artículo. En realidad, no estamos en la era de la información, sino en la era de la “gestión de la calidad de la información que recibimos y usamos”. Creo que el presente y el futuro será de las empresas y personas que puedan filtrar y optimizar la información para mejorar sus decisiones pero sobre todo a ejecutarlas. No me queda ninguna duda ¿qué opinan ustedes?

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